¿Cuál es la pregunta más común que una joven le hará a su mamá acerca del sexo?” Sin lugar a dudas, una de las más comunes es “Mamá, ¿tú esperaste a casarte para tener sexo?
Por lo menos en Estados Unidos, las estadísticas muestran que cuarenta y dos por ciento de las mujeres cristianas que en la actualidad están casadas, se vieron envueltas en relaciones en las que tuvieron sexo antes del matrimonio. Cuando desimos “sexo”, nos referimos a la consumación de la relación sexual que incluyen penetración.
Cuarenta y tres por ciento de todas las mujeres sexualmente activas en Estados Unidos tendrá por lo menos un aborto antes de cumplir los 45 años de edad. Éstas incluyen mujeres que el próximo domingo se sentarán próximo a usted en un banco en la iglesia, y por supuesto, en su gran mayoría, esta inconcebible inmensa cantidad de mujeres haciéndose abortos no tiene una relación personal con el único que las puede perdonar por su pecado. Es decir, la gran mayoría de estas mujeres no van a la iglesia en lo absoluto. Por lo menos las que lo hacen o han sido perdonadas o están allí en busca del perdón.
Estas mujeres, cristianas y no cristianas, a menudo sufren silenciosamente y desesperadamente oran porque la sensación de perdón inequívoca llegue algún día. En un mundo donde el SIDA, los embarazos antes de los 16 años, el aborto, la esterilidad y las enfermedades venéreas son extremadamente comunes, hay una consecuencia que con frecuencia no se toma en consideración… ¡el corazón quebrantado!
¿Cómo puedo sanar esta herida que llevo en el corazón por tantos años?
Cuando una persona comparte con su esposo pecados como un aborto o haber estado envuelta en relaciones sexuales antes del matrimonio, hacerlo le trae una sensación de firmeza que no hace más que afianzar su seguridad de que su Salvador en efecto le ha perdonado. Santiago 5:16 dice
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados.”
La Palabra del Dios dice claramente que la sanidad de emociones que han sido dañadas o de corazones que han sido quebrantados viene de la confesión a otro miembro del cuerpo de la iglesia. Por supuesto, esta persona debe ser alguien muy cercana a usted. Una persona que no salga a propagar sus intimidades tan pronto usted dé las espaldas. Una persona que pueda…
“Regocijarse con los que se regocijan y llorar con los que lloran.” Rom. 12:15
¿Cuál es el papel de los padres en la vida sexual de los adolescentes?
Cuando los padres se involucran con autoridad y amor en las relaciones amorosas de sus hijos, ciertamente no sucede gracias a que los jóvenes se sientan cómodos con éstas. Sin embargo, los estudios muestran con más insistencia que nunca que cuando los padres se involucran, ¡de manera sabia!, especialmente en la vida de sus hijas, se crían hijos sexualmente más puros.
Según el Instituto Médico para la Salud Sexual (Medical Institute for Sexual Health), hay ocho factores fácilmente identificados en la vida de los estudiantes que muestra la influencia mayor en lograr reducir el riesgo de la actividad sexual premarital. Los padres están involucrados en tres de estos ocho factores, incluyendo el “alto nivel de conexión entre padres e hijos (familias donde existe buena comunicación entre padres e hijos), “la desaprobación paternal de que los adolescentes sean sexualmente activos,” y “la desaprobación paternal de que los hijos usen anticonceptivos.”
¿Pero cómo deberán los padres cristianos dar estos pasos cuando ahora se enfrentan a adolescentes que creen saberlo todo y cuyas hormonas están tan alocadas como nuestro pelo cuando nos levantamos?
Comience con la educación sexual de sus hijos temprano Un estudio evaluó el efecto del plan de abstinencia en los grupos de jóvenes de edades diferentes. Los estudiantes en grados elementales superiores (de 11 a 13 años) se mostraron más prestos a hacer cambios favorables en su actitud acerca de demorar la actividad sexual en comparación con los estudiantes de la preparatoria (jóvenes entre 16 y 19), quienes se mostraron mucho más resistentes a cambiar de opinión sobre el sexo prematrimonial.
En otras palabras, comenzar a educar y a inculcar valores abstensivos en nuestros hijos a la edad apropiada, es básico. Si comenzamos muy tarde, las probabilidades de ser exitosos son más pobres.
“Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él” Prov. 22:6
Es esencial que usted proporcione la información sexual a sus hijos que usted considere apropiada antes de que sea expuesto a los valores dañinos con los que seguramente se enfrentará una vez entre en contacto con otros jóvenes cuyos padres no son cristianos, con profesores que deben enseñar lo que los currículos liberales les indiquen, y en general, con un juego de valores seculares totalmente opuesto al que debemos mantener los cristianos.